El agua es vida y los paisajes que genera su gestión social y productiva son la expresión espacial de este echo cultural a lo largo del tiempo. Antes de la revolución industrial, en nuestras ciudades tradicionales, el agua vehiculaba la mayor parte de las actividades urbanas y periurbanas, lo que permitía entender y leer la ciudad en relación con su territorio y, por tanto, con los sistemas naturales. Una relación basada en un modelo productivo orgánico en el que el ciudadano tenía un papel activo como usuario del agua, mediante prácticas comunitarias de autogestión y producción que adaptaban la demanda de este recurso siempre escaso a la oferta disponible en la cuenca hidrográfica, su territorio. El agua era un bien público y los ciudadanos tenían conocimiento y consciencia activa de como se tenía que gestionar a la vez que disfrutaban como recurso lúdico y social, como un bien cultural. Con la llegada de la revolución industrial este modelo se consideró desfasado y el ciudadano ha ido perdiendo su papel activo en la gestión de los recursos, convirtiéndose, cada vez más, en un mero consumidor de recursos.
El objetivo del informe es el de aportar materiales para justificar la viabilidad y la pertenencia de una intervención participada con los vecinos en la gestión del ciclo del agua en el barrio de la Clota.Una intervención que proponga la revaloración del agua como patrimonio cultural intangible y la recuperación de las prácticas asociadas a sus usos de gestión cotidiana. El reconocimiento del potencial de tales valores permitirá la reinterpretación de este patrimonio social como motor de transformación espacial desde una visión sostenibilista. En resumen, se trata de intervenir recuperando el patrimonio de la gestión tradicional del agua desde el conocimiento técnico actual y las necesidades de uso social presentes, para contribuir al cambio de visión necesario que promueva un nuevo modelo de metabolismo social urbano sostenible, hacia un metabolismo de flujos materiales cerrados, no contaminante.
Es desde este potencial del agua y los espacios que se estructuran en su entorno y que generan dinámicas de sociabilidad, puntos de encuentro y de emancipación comunes, que se pretenden plantear dinámicas comunitarias catalizadoras de un cambio de mirada y por tanto potenciando las cinco dimensiones anteriormente citadas: memoria histórica, percepción, pedagogía, sociabilidad y autogestión. Otra visión que cuestione el modelo social y productivo presente, insostenible y de desvinculación y pasividad ciudadana, ofreciendo un nuevo marco perceptivo que permita repensar este modelo desde los valores culturales.
La metodología de la que se parte para esta intervención es la siguiente:
Revisión crítica de la situación presente: el metabolismo social contaminante de la era industrial.
Exploración de un pasado de referencia: el metabolismo social orgánico.
Propuesta de un escenario de futuro: el metabolismo social sostenible.
En especial, interviniendo en la gestión de la escorrentía del agua de lluvia y, complementariamente, de las diversas fuentes de agua del entorno, hacia un modelo más eficiente evitando la generación sistemática de residuos contaminantes, propia del modelo urbano de la era industrial. Un modelo acorde con la Directiva Marco Europea del Agua.
Cíclica [space · community · ecology] Elena Albareda i Marta Serra
Encàrrec de l'Ajuntament de Barcelona a Bosch-Capdeferro Arquitectes
2014
1 de enero de 2014
Territorio y paisaje