En Cíclica entendemos el componente educativo del proyecto a través de experiencias vivenciales. Es por ello que las actividades que se proponen son dinámicas y de trabajo cooperativo, a través del trabajo en grupo en el aula, el trabajo conjunto de los diferentes ciclos dentro de la escuela y el trabajo en casa con actividades de transferencia en el hogar y las familias.

La política ambiental de los centros educativos no puede entenderse sin contemplar el objetivo central de la sociedad: educar para reducir el impacto que ocasionará la actuación del alumnado en nuestra sociedad actual y futura. 

Los edificios y sus instalaciones deben cumplir con unas condiciones ambientales adecuadas, pero son nuestras acciones las que tienen un impacto en el consumo energético. Partiendo de esta premisa, en el que no son los elementos físicos los que deben ser sostenibles, sino nuestras actividades, el proyecto pedagógico se enmarca en un cuadro más amplio que la propia instalación de autoconsumo.

El objetivo es que el alumnado aprenda a evaluar el impacto ambiental de su escuela a través de su consumo de energía y las emisiones de CO2 que esta lleva asociadas. El proyecto pretende, pues, hacer entender al alumnado cuál es el impacto ambiental de su edificio en relación a la instalación solar fotovoltaica y también con todos los procesos que requieren el uso de energía.  

El proyecto tiene como objetivo evaluar el impacto ambiental sobre cuatro grupos de actividades:

• El origen de la energía y la sostenibilidad: las energías renovables y la energía fotovoltaica.
• La construcción del edificio y las placas solares fotovoltaicas.
• El consumo en el uso y mantenimiento del edificio y sus instalaciones. El uso de la electricidad en el edificio.
• Los consumos del alumnado fuera de la escuela derivados de los valores pedagógicos recogidos en el Proyecto Educativo de Centro. El autoconsumo en el ámbito residencial.